UNIVERSIDAD FERMÍN
TORO
VICERRECTORADO ACADÉMICO
DECANATO DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
MAESTRÍA CIENCIAS DE LA
EDUCACION SUPERIOR
MENCION: DOCENCIA UNIVERSITARIA
ENFOQUES Y PRINCIPIOS TEÓRICOS DE LA EVALUACIÓN
Autores:
Valentina Benites
Juan
Carlo Mata Bastidas
Profesora: Dra. María Elva
Ramírez Salcedo
Barinas, agosto de
2017
Introducción
En el desarrollo del presente trabajo centramos la mirada educativa en el
momento de evaluar, por lo que podemos preguntarnos: ¿Cuándo evaluar los
procesos de enseñanza-aprendizajes? dando respuesta a esta interrogante podemos
encontrar que la evaluación puede ser realizada de acuerdo a la
temporalización, es decir, en relación a los momentos en que se puede aplicar y
es de acuerdo a tres posibilidades: evaluación Inicial, Procesual y Final.
La evaluación Inicial consiste en la recolección de datos, por lo que se
considera el punto de partida del proceso de enseñanza-aprendizaje, además
permite conocer la realidad de inicio del estudiante y determinar, más
adelante, los verdaderos logros y progresos realizados por este, relacionados
con su participación en una experiencia de enseñanza-aprendizaje.
La evaluación de tipo Procesual, se realiza cuando la valoración se
desarrolla sobre la base de un proceso continuo y sistemático de evaluación de
los aprendizajes, con el objetivo de mejorar los resultados de los estudiantes.
Esta evaluación es de gran importancia dentro de una concepción formativa de la
evaluación, porque permite tomar decisiones de mejora sobre la marcha del
proceso educativo.
FASES EN EL PROCESO DE
EVALUACION: Evaluación Formativa Inicial
EVALUACION FORMATIVA PROCESAL Y
SUMATIVA
Tipos y Momentos de Evaluación
El proceso evaluador
es único. No obstante existen diferentes fases o momentos que se desarrollan a
lo largo del mismo. Estas fases o momentos abordan la evaluación desde
diferentes perspectivas y con objetivos específicos. Podría decirse que a cada
uno de estos momentos corresponde un tipo de evaluación. Como es sabido existen
tres tipos de Evaluación: Inicial,
Formativa y Sumativa.
Evaluación Inicial
La evaluación
inicial tiene por objeto el conocimiento del marco general en el que va a
tener lugar la acción docente. Esto significa tener en cuenta no sólo el punto
de partida de los alumnos, sino el punto de partida (es decir las posibilidades
y las potencialidades) de la institución docente. En el caso de la educación a
distancia, la evaluación inicial debería tener en cuenta específicamente
(además de los aspectos generales relacionados con la naturaleza del currículo)
la atención tutorial, los Sistemas de Comunicación y los recursos
tecnológicos y didácticos disponibles. El personas adultas serían las
siguientes: Es posible (y hasta probable) que los adultos puedan tener
determinados conocimientos previos específicos, obtenidos en procesos
educativos no formales e informales, sobre determinadas cuestiones que vayan a
ser objeto de estudio. Descubrir esto puede proporcionar un excelente punto de
partida para el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Por otra parte, las
características y las circunstancias personales de los adultos que estudian a
distancia suelen tener una importancia decisiva en lo que se refiere a las
probabilidades de éxito-fracaso, que en muchas ocasiones están estrechamente
interrelacionadas con las probabilidades de continuidad-abandono.
Características como la edad y el sexo, y circunstancias como el estado civil,
la ocupación, los horarios y las disponibilidades de todo tipo, deben ser
conocidas claramente desde el principio.
También es relevante
el conocimiento de las aptitudes (habilidades intelectuales) y la actitud hacia
el desarrollo de los procesos de enseñanza-aprendizaje, lo que proporciona
información sobre las motivaciones con las que los abordan.
Todas estas
cuestiones a evaluar respecto de la materia de estudio deben ser extendidas al
manejo de las tecnologías informativas y sistemas de comunicación que serán
habitualmente utilizadas en la educación a distancia. Muchas de las
disfunciones y dificultades para la construcción de aprendizajes en los
procesos de educación a distancia pueden ser achacables a una escasa destreza
en la utilización de este tipo de medios tecnológicos digitales.
Pese a la creciente
simplicidad en el uso de las tecnologías de la información y la comunicación,
muchas personas incluso con elevados niveles de instrucción encuentran
problemas para manejarse adecuadamente con ellas. Esta es una cuestión capital
para la evaluación inicial en educación a distancia, que debe discernir sobre
el grado de competencia del participante en el manejo de las herramientas de
comunicación y sobre la influencia de este nivel de competencia sobre el
aprendizaje de la materia.
La segunda pregunta que cabría hacerse
en relación con la Evaluación Inicial de los Alumnos es: ¿Cuándo
Evaluar? Las respuestas a esta pregunta en el ámbito de la educación a
distancia de personas adultas serían las siguientes:
- - En el momento de la incorporación
- - Al comienzo de cada nueva fase de aprendizaje
La evaluación
inicial debe realizarse con anterioridad al comienzo del proceso de
enseñanza-aprendizaje. En el caso de las personas adultas que quieren estudiar
a distancia, la evaluación inicial debe comenzar en el momento de la
incorporación, es decir en el mismo momento en que la persona entra en
contacto con la institución para solicitar información sobre los cursos. Sería
muy necesario que en esos momentos previos se encontraran dos procesos de
evaluación de orígenes muy divergentes: el de la persona adulta que después
plantearse la posibilidad de estudiar, recaba información para decidir, y el
del profesorado de la institución que la recibe, que trata de obtener
información relevante sobre diferentes aspectos de la persona, con objeto de
facilitarle los elementos de juicios suficientes para una toma de decisiones
ajustada.
Pero la evaluación
inicial no debe limitarse exclusivamente a estos momentos previos a la
incorporación al proceso de enseñanza-aprendizaje. Al comienzo de cada nueva
fase de aprendizaje debería llevarse a cabo una nueva evaluación inicial.
En la educación a distancia esto resulta más dificultoso. No obstante, pueden
utilizarse las tutorías colectivas dedicadas a la planificación de cada
unidad didáctica para llevar a cabo una comprobación de los prerrequisitos
necesarios para llevar a cabo el proceso de aprendizaje de una forma adecuada.
La tercera pregunta
que puede hacerse en relación con la evaluación inicial de los alumnos es:
¿cómo evaluar? Las respuestas a esta pregunta en el ámbito de la
educación a distancia de personas adultas serían las siguientes:
·
-
Mediante un sondeo de prerrequisitos
·
-
Mediante el análisis de las reacciones frente al nuevo material o situación de
aprendizaje
·
-
Mediante el proceso de desarrollo de la Valoración Inicial del Alumno (VIA)
La realización de un
sondeo de prerrequisitos para abordar cualquier proceso de aprendizaje
es uno de los procedimientos clásicos de cualquier evaluación inicial. Aparte
del sondeo de tipo genérico, previo a la incorporación a un determinado curso
(que abordaremos a continuación dentro del proceso de valoración inicial), es
preciso realizar sondeos específicos antes del comienzo de cada nueva fase del
proceso de aprendizaje. En la educación a distancia, el marco idóneo para
llevar a cabo dicho sondeo lo constituyen las tutorías colectivas de
planificación dispuestas al comienzo de cada unidad didáctica.
El sondeo puede
hacerse por escrito, mediante una pequeña prueba que muestre la disponibilidad
o no de determinados capacidades o destrezas necesarias para el estudio que se
inicia. La dificultad mayor de esta fórmula reside en que si la prueba no está
bien diseñada para ser corregida inmediatamente, no sería posible aprovechar
esa tutoría colectiva para tratar de remediar las dificultades que aparezcan.
Otra posibilidad es
tratar de realizar el sondeo tratando de observar las respuestas del alumnado a
preguntas o cuestiones concretas planteadas para que sean puestas en común en
la sesión de tutoría colectiva. También puede preguntarse directamente a los
alumnos sobre su conocimiento o dominio de determinados conceptos o
procedimientos.
Para realizar una
evaluación inicial sobre la posición relativa de cada participante respecto de
las tecnologías de la información y la comunicación en el caso de que éstas
constituyan una herramienta fundamental para el desarrollo del curso- puede
utilizarse una herramienta como ésta:
El análisis de
las reacciones frente al nuevo material o situación de aprendizaje es otro
procedimiento muy útil de evaluación inicial en educación a distancia. El marco
para dicho análisis lo proporcionan las tutorías individuales y el contenido
las reacciones del alumnado, expresadas en términos de dificultades, dudas,
satisfacciones, etc.
Por su especial
relevancia y significado, el proceso de valoración inicial del alumno lo
analizaremos en el apartado siguiente
El proceso de valoración inicial
del alumno (VIA)
El paradigma del
aprendizaje a lo largo y a lo ancho de la vida supone la integración de
conocimientos y destrezas procedentes de los tres ámbitos en los que se
desarrolla el aprendizaje: el formal, el no formal y el informal. Esta
integración se produce naturalmente y contribuye a la construcción de la
persona. La naturalidad de este proceso es desconocida habitualmente por los
sistemas formales de enseñanza, que tienden a clasificar a las personas en los
distintos grados o niveles en los que se organizan, en función del éxito que
hayan obtenido anteriormente en el interior de los mismos. Quiere esto decir
que la práctica tradicional en la mayor parte de los sistemas formales de
enseñanza relega la idea del aprendizaje permanente al ámbito de los grandes
principios y niega el reconocimiento de las competencias adquiridas fuera de
sus muros.
Esto es
particularmente contradictorio e injusto en el caso de la educación de personas
adultas. La adultez puede proporcionar en muchos casos un bagaje de saberes y
destrezas adquiridos fuera de la escuela que pueden resultar de gran utilidad
también en el contexto académico.
Aunque la mayor
parte de los países ha optado en buena lógica por acortar los currículos
académicos destinados a los adultos, reconociendo implícitamente que la
experiencia vital también proporciona habilidades susceptibles de
aprovechamiento académico, apenas existen mecanismos formales de reconocimiento
de estas competencias. La puesta en marcha de este tipo de mecanismos, que se
configuran como herramientas de evaluación inicial de gran repercusión, puede
evitar a las personas adultas un recorrido ritual por cursos y niveles para los
que se requieren destrezas inferiores a las que tienen. Teniendo en cuenta lo
indicado anteriormente, podríamos señalar que:
La valoración
inicial del alumno es un proceso de evaluación que se inicia en el
momento en el que el alumno adulto accede por primera vez al centro y concluye
con la emisión de un juicio sobre la adecuación de su adscripción a un
determinado nivel, tras un periodo significativo de clases. Dicho juicio debe
tener en cuenta la opinión del alumno.
Es importante
subrayar la idea de proceso (lo cual supone una serie de acciones que se
desarrollan a lo largo de un tiempo significativo) para evitar ciertas
concepciones confusas que tienden a equiparar la valoración inicial del alumno
con una prueba de nivel. Esta confusión del todo con la parte, suele convertir
una evaluación necesariamente procesual en Evaluación Sumativa. Sobre todo,
porque la parte que se confunde con el todo es la que se refiere al nivel de
conocimientos académicos.
El proceso de valoración
inicial del alumno debería tener las siguientes fases:
- La Entrevista Inicial. Su objetivo es facilitar y obtener al/del futuro alumno información coherente sobre la oferta del centro y sobre sus demandas y necesidades. Debería dar paso al proceso administrativo de matriculación.
- El Análisis de la Documentación Académica aportada. Puede hacerse en presencia del alumno en el contexto de la entrevista inicial. Dicho análisis, junto con las necesidades y expectativas que manifieste, puede ofrecer los primeros indicios significativos para orientarle sobre las primeras alternativas a su alcance.
- La prueba de prerrequisitos debe determinar cuáles son las capacidades y destrezas de las que el alumno adulto dispone efectivamente. Debe ser valorada por varios profesores con experiencia.
- La adscripción a un determinado nivel debe tener en cuenta la documentación académica y aportada y la valoración de la prueba de nivel. Dicha adscripción debe considerarse provisional.
- La entrevista de orientación puede llevarse a cabo cuando existan discrepancias significativas entre los resultados de la prueba de nivel y la documentación aportada. Debe realizarse por personal cualificado –preferentemente por orientadores o en su defecto por profesores con acreditada experiencia en la educación de personas adultas- con el objetivo de clarificar la situación del alumno en cuanto a su adscripción a un determinado nivel. El resultado de la entrevista deberá confirmar o modificar la adscripción provisional realizada.
La observación
durante el proceso de enseñanza-aprendizaje a efectos de evaluación
inicial, debe llevarse a cabo por todos los profesores del grupo bajo la
coordinación del tutor. El periodo de observación debe finalizar con una
primera sesión de evaluación, en la que el equipo docente, teniendo en cuenta
los resultados de la observación y la opinión del alumno, tomará la decisión
sobre la adscripción definitiva a un determinado nivel. La duración idónea de
este periodo de observación es de unas cuatro semanas. Dadas las especiales
características de la educación a distancia, en las primeras sesiones
tutoriales debería llevarse a cabo la comprobación de que el alumno se
encuentra en condiciones de seguir el curso con aprovechamiento, tanto en lo
que se refiere a la naturaleza de la materia cuanto a lo relativo al manejo de
las herramientas y sistemas de comunicación.
La Evaluación Formativa
La evaluación
formativa tiene como finalidad principal conseguir el perfeccionamiento del
proceso de enseñanza-aprendizaje en un momento en el que todavía puede
producirse. Por tanto, deberá aplicarse a través del desarrollo del propio
proceso didáctico. No puede equipararse la evaluación formativa con las pruebas
realizadas a la finalización de cada unidad didáctica, porque en este caso se
trata de evaluaciones sumativas, cuyo objetivo básico es comprobar a
posteriori los aprendizajes adquiridos. La evaluación formativa tiene que
ver más con los procesos de aprendizaje que con los productos del mismo.
Al igual que hicimos
anteriormente en relación con la evaluación inicial, podríamos preguntarnos en
relación con la evaluación formativa de los alumnos: ¿qué
evaluar? Las respuestas a esta pregunta en el ámbito de la educación a
distancia de personas adultas serían las siguientes:
Conviene evaluar los progresos, las
dificultades, los bloqueos, etc. que aparecen durante el proceso de
aprendizaje.
Las características específicas de la
educación a distancia dificultan la contestación a la siguiente pregunta
relacionada con la evaluación formativa de los alumnos: ¿cuándo evaluar?
La respuesta sería inequívoca si se tratase de educación presencial: durante el
proceso de aprendizaje. La cuestión es que, en la modalidad de educación a
distancia, el proceso de aprendizaje tiene lugar básicamente en solitario,
lejos del profesor tutor. Esto complica la evaluación formativa.
La Evaluación Sumativa
La evaluación
sumativa coincide con lo que tradicionalmente se ha entendido por evaluación.
Es la más utilizada en las instituciones docentes y la que se conoce con mayor
precisión. Su característica fundamental es que se utiliza al final de cada
periodo de aprendizaje. La evaluación sumativa puede ser periódica y hasta
muy frecuente, pero la mencionada característica de ser utilizada después del
proceso de enseñanza-aprendizaje la distingue con claridad de la evaluación
formativa.
La finalidad de este
tipo de evaluación es determinar el grado de consecución de los objetivos de
aprendizaje por parte del alumnado. Este grado determina la posición relativa
de cada alumno en el grupo y lo sitúa en determinados niveles de eficacia,
marcados habitualmente (y establecidos normativamente) por una escala de
calificaciones conocida.
Una característica
muy destacada de la evaluación sumativa es que el juicio que en ella se formula
es muy genérico. Dicho juicio asigna a los aprendizajes obtenidos una
determinada categoría de la escala de calificación, sin discriminar sobre el
tipo de capacidades, habilidades o destrezas obtenidas en mayor o menor grado.
Sus efectos
didácticos no se producen sobre la unidad o el contenido que se ha
desarrollado, dado que la evaluación sumativa siempre tiene lugar a
posteriori. Puede tener efectos sobre la unidad didáctica o los contenidos
siguientes, en cuyo caso actuaría como evaluación inicial, pero no sobre el
proceso de enseñanza-aprendizaje cuyo producto evalúa.
Al igual que hicimos
anteriormente en relación con la evaluación inicial y la formativa podríamos
preguntarnos en relación con la evaluación sumativa de los alumnos: ¿qué
evaluar? La respuesta a esta pregunta en el ámbito de la educación a
distancia de personas adultas serían las siguientes:
Conviene evaluar los
tipos y grados de aprendizaje necesarios para promocionar a la siguiente unidad
didáctica, bloque de contenidos, nivel, curso, etc.
La segunda pregunta
que cabría hacerse en relación con la evaluación sumativa de los alumnos
es: ¿cuándo evaluar? La respuesta a esta pregunta es clara: la
evaluación sumativa debe llevarse a cabo al final de una determinada fase de
aprendizaje.
La tercera pregunta
que puede hacerse en relación con la evaluación sumativa de los alumnos es:
¿cómo evaluar? Podría responderse a esta pregunta, en el ámbito de la
educación a distancia de personas adultas, señalando los siguientes
procedimientos:
- - Acumulando información procesual (recopilada a lo largo de la evaluación formativa).
- - Realizando pruebas.
- - Confrontando la información obtenida mediante los procedimientos anteriores con la autovaloración del alumno.
- - Analizando las características personales y el proyecto vital del alumno.
Para la conformación
de un juicio perteneciente a una evaluación de tipo sumativo, sean cuales sean
las consecuencias del mismo (desde el paso de una a otra unidad didáctica, a la
aprobación de una materia o a la promoción al curso siguiente), es muy
conveniente acumular información referente a los procesos y a los productos del
aprendizaje. También es importante confrontar la hetero evaluación llevada a
cabo por el tutor con la autoevaluación del propio alumno adulto, tanto desde
el punto de vista de los resultados del proceso de aprendizaje, cuanto desde la
consideración de los logros y dificultades aparecidos durante el mismo. Por último,
es conveniente tener en cuenta las características de la persona que aprende,
así como sus intenciones y motivaciones en relación con el aprendizaje.
Es importante
subrayar que el hecho de que la evaluación sumativa se realice a
posteriori del proceso de enseñanza-aprendizaje, no implica necesariamente
que se trate de una evaluación puntual que sólo tenga en cuenta los productos
del aprendizaje medidos estrictamente a través de una prueba. Una adecuada evaluación
sumativa debería tener un carácter polifacético, incluir elementos
procesuales y de producto, comprender además de las apreciaciones del
profesor, las de la persona adulta que protagoniza el proceso de aprendizaje, y
tener en cuenta las características de ésta.
Conclusiones
Respecto a la
clasificación de la evaluación según el momento del proceso en el que se
realiza, la evaluación suele calificarse de inicial, procesual y final. La
evaluación procesual está relacionada con la evaluación formativa, mientras que
la evaluación final muy a menudo se asimila con la evaluación sumativa aunque
no se puede establecer un paralelismo entre ellas.
- La evaluación inicial proporcionar al educador las coordenadas básicas para su acción, su trayectoria vendrá marcada por la evaluación procesual, mientras que el reconocimiento de los resultados finales será producto de la evaluación final.
- La evaluación de comienzo a fin es importante para el proceso educativo, ya que resulta un medio eficaz de perfeccionamiento dinámico, mejorando así el proceso de enseñanza-aprendizaje.
- La evaluación nos sirve para llevar al proceso educativo a moverse en espiral, ya que una evaluación final estará de la mano de una evaluación inicial, ya que el proceso educativo no tiene un principio y un fin claramente establecidos, sino que todo es continuo, hablar de inicial o final, o de la separación de las partes es romper el hilo conductor que las une.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarInteresante tu propuesta sin embargo yo pienso que existe una diferencia muy pautada por lo que La evaluación formativa es la que se hace durante el proceso de aprendizaje de las competencias y, consiste en posibilitar que los estudiantes tengan la mayor retroalimentación posible de sus progresos en el desarrollo de las competencias a través de los módulos, y los aspectos a mejorar, junto con recomendaciones puntuales de cómo hacerlo. La evaluación formativa es equiparable a la evaluación continua descrita más arriba. En cambio, la evaluación de acreditación es aquélla que se hace ya sea al final de cada módulo o al final de un ciclo de formación (Ciclo inicial o Ciclo de Licenciatura) para acreditar públicamente ante la universidad (en el caso de los módulos) o ante la sociedad (en el caso de los títulos de los ciclos) que los estudiantes poseen las competencias en los niveles de desarrollo propuestos en el perfil de egreso y en la malla curricular
ResponderEliminarFrancisco Valladares
Es importante que el profesor-tutor conozca qué hacen, cuándo lo hacen y cómo hacen sus alumnos para adquirir la información, para interpretarla una vez adquirida, para analizarla y realizar inferencias; para comprenderla y organizarla adecuadamente, y por último para comunicarla a otros. El conocimiento de todas estas estrategias cognitivas facilita enormemente al profesor la posibilidad de señalar al alumno determinados procedimientos concretos de mejora o modificación de determinadas estrategias cognitivas aplicadas en distintos momentos del proceso de aprendizaje.
ResponderEliminarLa evaluación educativa representa una de las áreas más complejas en el campo de la acción docente, el propósito fundamental de la educación es verificar en qué medida los objetivos se han alcanzado. A partir de la evaluación, es posible estudiar el proceso enseñanza-aprendizaje; por ello, abordar la problemática de la evaluación, es encarar las fallas fundamentales de un sistema educativo.
ResponderEliminarFormativa.- es usada como una estrategia de mejora de la educación sobre la marcha, es decir, está enfocada en la revisión de los conocimientos adquiridos y tiende a ayudar al alumno y al docente a observar los puntos débiles en cuanto a lo aprendido respecto del estudiante.
Diagnóstica.- Es la evaluación que se realiza antes de empezar una nueva fase de aprendizaje, (un grado superior, un semestre o curso por ejemplo), se hace para conocer el conjunto de conocimientos que posee el alumno, y las preferencias, e intereses que tienen el educando, así como las experiencias y conocimientos previos del estudiante, antes de entrar de lleno en otra fase de estudios, en ciertos aspectos se parece a la evaluación inicial.
hola juan te amo
ResponderEliminarLa evaluación es un fenómeno moral, es un proceso participativo, tiene un elemento reconocido, la evaluación permite comprender los elementos que promueven el aprendizaje, en toda la evaluación es necesario que incluya diversos instrumentos para así regular los procesos de enseñanza y aprendizaje. La evaluación debe ser general y holística. Para evaluar hay que conocer cómo se enseña y cómo se aprende, donde se promueva el aprendizaje y para finalizar es importante realizar una metaevaluación.
ResponderEliminaruviedo yusbely